El agua

El agua corriente de red es potable. De eso no hay dudas. Ahora bien, ¿es agua segura?
Respuesta: DEFINITIVAMENTE NO.
Las fuentes de obtención de agua están muy contaminadas. En el
proceso de potabilización se le incorporan grandes cantidades de cloro, con el fin de eliminar los microorganismos vivos (bacterias entre otras cosas) que contiene el agua.
El cloro es un gas irritante (lo comprobamos en las piscinas cuando se no ponen los ojos rojos), y produce acidéz de estómago, irritación gástrica, etc.
El agua que sale de nuestras canillas contiene además otras impurezas, pesticidas, metales pesados, sarro, etc, etc, lo que sumado al exceso de cloro, provoca que aquella enseñanza que recibimos en la escuela primaria, de que el agua es inodora, incolora e insípida, sea sólo un lejano recuerdo. Alcanza con abrir la canilla para comprobar su mal olor, color y sabor.
¿Cuál es la solución? Una de ellas puede ser el uso de agua mineral. Pero sabemos que su consumo cotidiano genera un costo elevado, además de la incomodidad del acarreo de las botellas (en otra entrada hablaremos de la inconveniencia y los riesgos del uso de botellas plásticas para el envasado del agua). Por otra parte, prácticamente nadie utiliza agua mineral para cocinar, por lo que se recurre al uso del agua corriente de red, y ya hablamos de su composición y calidad.
Una solución irrefutable es el uso de purificadores de agua.


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